7.9.09


"Como decíamos ayer..."

Nada, chicos, que no dejo de leer cosas HERMOSAS que quiero compartir. Que siento que he perdido algo grande abandonando esto, que quiero compartir más de todo. Empezando por eso, por el simple hecho de leer y escribir, que a veces parece tan importante y otras tan... no, qué coño, ¡siempre es importante! Por eso vuelvo. Sólo hacer de text-jockey -¿eso me lo acabo de inventar?- ya merecería la pena. Y si por el camino nos explicamos un poco cómo somos y nos domesticamos un poco los unos a los otros, que diría Saint-Exupéry, entonces sí que no podré pedir más.

Al grano. Creo que este poema, Encargo, uno de los que más me ha llamado la atención de salvo el Crepúsculo (Biblioteca Cortázar, Alfaguara) tiene un poco que ver con lo que dice hoy Miguel en su blog (http://miguelbn.blogspot.com/2009/09/fanatico.html), pisar el césped de otro y que el otro pise el tuyo. Porque creo que no hay otra manera, que la intimidad con la gente no puede ser un parque, tiene que ser una selva. No, no hay otra manera. Las normas... sí, a veces hay que cargar con algunas. Pero si la amistad o el amor consisten en algo -si esta pobre aspirante a gurú de sí misma se ha enterado de algo en estos ventinueve años- no es en normas y limitaciones. De esto ya hablamos todos aquí, y creo que con bastante miga, hace muchísimo tiempo. Ahora, después de vivir más cosas y de leer este poema, añado: aunque duela, soy incapaz de perder a nadie importante "como una música fácil".
Dale, Julio.

Encargo
No me des tregua, no me perdones nunca.
Hostígame en la sangre, que cada cosa cruel sea tú que vuelves.
¡No me dejes dormir, no me des paz!
Entonces ganaré mi reino,
naceré lentamente.
No me pierdas como una música fácil, no seas caricia ni guante;
tállame como un sílex, desespérame.
Guarda tu amor humano, tu sonrisa, tu pelo. Dalos.
Ven a mí con tu cólera seca de fósforo y escamas.
Grita. Vomítame arena en la boca, rómpeme las fauces.
No me importa ignorarte en pleno día,
saber que juegas cara al sol y al hombre.
Compártelo.

Yo te pido la cruel ceremonia del tajo,
lo que nadie te pide: las espinas
hasta el hueso. Arráncame esta cara infame,
oblígame a gritar al fin mi verdadero nombre.


Y otro:

El futuro
Y sé muy bien que no estarás.
No estarás en la calle, en el murmullo que brota de noche
de los postes de alumbrado, ni en el gesto
de elegir el menú, ni en la sonrisa
que alivia los completos en los subtes,
ni en los libros prestados ni en el hasta mañana.

No estarás en mis sueños,
en el destino original de mis palabras,
ni en una cifra telefónica estarás
o en el color de un par de guantes o una blusa.
Me enojaré, amor mío, sin que sea por ti,
y compraré bombones pero no para ti,
me pararé en la esquina a la que no vendrás,
y diré las palabras que se dicen
y comeré las cosas que se comen
y soñaré los sueños que se sueñan
y sé muy bien que no estarás,
ni aquí adentro, la cárcel donde aún te retengo,
ni allí fuera, en este río de calles y de puentes.
No estarás para nada, no serás ni recuerdo,
y cuando piense en ti pensaré un pensamiento
que oscuramente trata de acordarse de ti.

Éste no lo asocio con nada concreto, simplemente me ha hecho llorar. Curiosamente, el punto exacto ha sido (fue, anoche) "y comeré las cosas que se comen". Debe de ser que comer sola me aterra, jaja.

Ah, qué bien volver.

5 comentarios:

cq dijo...

¡Pero cómo me gusta este blog!

Miguel B. Núñez dijo...

Ahora que estás durmiendo, aprovecho para escribirte lo que ya sabes: te amo!!!

Te amo por ser incontrolable, salvaje, exagerada, entusiasta, humilde, orgullosa, bondadosa, digna! Te amo porque cualquier persona que valga la pena debería quererte!

Raquel Márquez dijo...

Joooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo. Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy!

Bobo. dijo...

Iba a escribir algo pero después de leer a Miguel.... os dejo solos :)

Raquel Márquez dijo...

Jaja, esto nos pasa por strippers emocionales...

Besazo público, Gon :)