11.12.05


Al principio, pensaba simplemente en poneros esta página, mi favorita de los Cuentos de la Estrella Legumbre. Para mí el arte es esto, una imagen, o unas palabras, o las dos cosas, que te sacuden, dándote la sensación, posiblemente ficticia pero tan importante en la vida, de ser otra persona a partir de ese mismo momento. Me ha vuelto tantísimas veces a la cabeza ese teatrillo de pesadilla que se parece tanto al mundo real… Cuando leo algunas de las cosas de Olivares me parece que está hablando de mí y de gente que conozco… Yo creo que es porque de alguna forma está hablando de él y de gente que conoce, y eso acaba siendo en todos los autores que me emocionan lo mismo que describir la “naturaleza humana”. Capta tan al vuelo esas pequeñas grandes verdades que sentimos todos en algún momento…

Esta página me provoca el mismo efecto que los pasajes clave de El lobo estepario. Cuando lo leí, y también con Demian, pensé que era increíble que alguien hubiera hablado tan fielmente de mí, que sin conocerme se hubiera referido tan directamente a mí. Luego, hablé del libro con tres, cuatro personas, y habían sentido lo mismo… Al principio hay que confesar que fastidia. Nos gusta pensar que nuestro sufrimiento es único, que formamos parte de esa antiélite marcada por el signo de Caín… Soy tan inteligente, tan autocrítico, tan especial, que esa es la explicación de mi dolor. Pero no, el dolor es tan estúpido como el placer y la alegría. Y como parece que dice Javier Olivares, el daño que nos hace nuestra cobardía es una de las causas, o quizá la única causa universal, del Mal. Al final, ver que no eres la única es una satisfacción: puedes abandonarte sin miedo a la admiración absoluta de ese autor que ha sido capaz de explicarse tan sinceramente que ha englobado a toda la humanidad en su primera persona sin apenas darse cuenta…

12 comentarios:

Unknown dijo...

Me gusta más tu comentario sobre la obra de Olivares que su propia obra, creo que su estilo no me llega.
Ojalá fueras un estereotipo increíblemente común, muchas cosas irían mejor.

Raquel Márquez dijo...

No se ven bien las letras, si ponéis el cursor encima de la imagen sale la manita y lo podéis ampliar.
Gracias, Lauri. De mañana no pasa lo de mandarte las fotos.

Anónimo dijo...

Jo, pues llevo días con esa idea de la cobardía dándome vueltas en la cabeza... Y me siento mal por la forma en la que la pienso. Ay, a ver si tienes un hueco esta semana y hablamos

Raquel Márquez dijo...

Coño, con tantos amigüitos en tu fotolós no te puedo postear... Te haré un hueco así de grande, como le dijo Josefina a Napoleón la noche de bodas, ja ja... Mañana te llamo.

Anónimo dijo...

Yo a Olivares no lo conozco, pero si conozco la sensación de la que hablas, cuando lees, ves u oyes algo y te identificas de tal manera con ello que parece que te ha leido el alma, y parece que te puedes ver a ti mismo desde fuera de ti, para mi eso tan sublime es precisamente arte.

Y eso me ha pasado con tu texto precisamente! Artistaaaaaaa!!!!

Anónimo dijo...

por cierto, las ilustraciones estupendas!

Raquel Márquez dijo...

Oh, no merezco esas cosas, gracias, in-asín.

Anónimo dijo...

jajaja, como que no te mereces! prodigio, que eres un prodigio!

lo que es mala suerte es coincidir con el concierto de HH! ni en mis peores pesadillas podría yo imaginar semejante desproposito! que pena perderme a mis chicos!

buaaah!! buaaahh!!

Sin embargo me consta que no les va a faltar calor humano, Alvarito Rhumba nos dijo que iba a ir y mucha mas gente.

Anónimo dijo...

coñe, esto me recuerda que dejé Demian mientras me lo leía (craso error) y todavía no me lo han devuelto, mecachis!

ana dijo...

siddharta siddharta siddharta

Anónimo dijo...

no sé ya quién dijo aquello de leo para saber que no estoy solo. Pues eso

Raquel Márquez dijo...

Jeje, Siddharta también me gustó mucho, aunque me identifiqué menos, lógicamente.
Recupera ese libro, pipiolín, que cuando lo acabas te quedas con cara de beato, mirando así como al infinito, creyendo en la Magia... je je.
Lo de Mario... Yo creo que ese es mi primer motivo para leer. Me preguntaba Rafa justo el otro día cuál era realmente mi motivo para leer y le dije que para mí había sido sobre todo aprendizaje, iniciación... pero en realidad lo primero fue más bien saber que no estaba sola. Luego ya con los fotolojes no ha vuelto a haber problemas de esos, jeje.
Voy a mirar el fotolós de Munlet que no entiendo eso de los conciertos, ¿tocan en Madrid los M?