9.4.06

Amores de barra (espaciadora)

Escribir sobre escribir, vaya tarea inútil. Llevo semanas escribiendo en mi cabeza todo lo que se me ocurre, y ahora me parece imposible a no ser que empiece así, metaescribiendo. He pasado el día limpiando, ordenando la casa (dios mío, ¿cómo he conseguido tener casa, sentirme en mi casa..?) y desordenando mis ideas sin parar. He pensado al menos tres formas de empezar esto, y al final no he usado ninguna de ellas, he empezado de cero, como casi siempre. Porque siempre me siento en el principio, siempre sé que voy a llegar a un sitio absolutamente nuevo, desconocido, y eso me excita y me asusta. Lo único claro, lo que tengo que dejar sentado para siempre, lo que no debo ocultarme más, es que prefiero ser una escritora fracasada a no ser escritora en absoluto. Claro que uno nunca se agota en una sola actividad, claro que el “sentido” de todo no debe ser ése, ni ningún otro, pero necesito imperiosamente expresar algo que sólo yo pueda expresar a mi manera.

Sólo esto –teclear unas líneas— me hace sentirme capaz de todo. Porque soy yo misma cuando escribo: soy realmente yo, y eso, esa certeza, es superior a cualquier obstáculo.

No hay comentarios: