14.10.06

Es curioso cómo en los sueños sí somos capaces de arramplar con todas las normas lingüísticas, eso que tanto me cuesta en textos fallidos como el de la entrada anterior. Cuanto más lo leo más inofensivo, aburrido y predecible me parece. Y sin embargo ayer, en ese estado intermedio antes de dormirme del todo, tuve claramente la visión de una anciana a punto de saltar de un sitio alto mientras abajo un hombre quería decirle “ánimo, salta, olvídate de todo, no te reprimas, sé espontánea...” y conseguía expresar todos los matices de esa idea con una sola palabra pronunciada en voz alta. Despreocupado, sin ninguna intención de insultar, se limitaba a gritar: “¡podrida!”

5 comentarios:

Miguel B. Núñez dijo...

está clarísimo! jajajajajaja

Elena Duque dijo...

Eh! Me encanta esa foto que tienes puesta, jejeje. Pues fíjate que cada uno debe de tener su mundillo particular, porque a mi nunca me ha pasado algo así como lo que cuentas, supongo que es porque mi imaginación a la hora de romper reglas del lenguaje(o intentarlo) es nula. Jamás se me hubiese ocurrido. Bueno, si un día te grito ¡podrida! será siempre por tu bien. Escribe más, ¡podrida!

Anónimo dijo...

me encantas, podrida.

que lo sepas.

Cláudia

Raquel Márquez dijo...

Jajaja, era como si dijera "¡olvida los clichés sociales, rompe las reglas, salta!" No acabo de explicarme por qué me resultó una palabra tan liberadora...

Seamos revolucionarios, ¡pudrámonos!

Anónimo dijo...

Qué bonito, pura!
(y esto ya te lo explicaré otro día, que por lo que veo, lo entenderás mejor que nadie! jeje)
besos! y gracias por los ánimos!