7.10.07

Bueno, actualicemos. Como no he escrito nada en semanas, pondré otros tres trocitos del libro de Raymond Smullyan. Del mismo libro, porque ahora estoy leyendo otro de él, pero es de acertijos lógicos muy poco literarios, creo que "objetivamente" poco interesantes para la mayoría de la gente.


"En una universidad en la que yo daba clase estábamos pensando contratar a un candidato. Lo invitamos para una entrevista. Un rato después de la entrevista, el presidente le preguntó si le gustaba dar clases. Contestó: "Nunca lo he hecho, pero no creo que me guste". Unos días después, en una reunión de departamento, nos preguntábamos por qué habría contestado así el candidato. Uno de los miembros del departamento sugirió: "Probablemente mentir le guste aún menos que dar clase".


"Siempre me ha confundido el hecho de que tantas personas religiosas den por garantizado que Dios favorece a aquellos que creen en él. ¿No podría ser que el auténtico Dios fuera un Dios científico que tuviera poca paciencia con las creencias fundadas en la fe más que en la evidencia?


"Un filósofo tuvo una vez el siguiente sueño: En primer lugar aparece Aristóteles, y el filósofo le dice: "¿Podría hacerme un resumen concentrado de toda su filosofía en quince minutos?" Ante su sorpresa, Aristóteles le hace una brillante exposición en la que reúne una enorme cantidad de material en sólo quince minutos. Pero entonces el filósofo hace una objeción que Aristóteles no es capaz de contestar. Confundido, Aristóteles desaparece. Entonces aparece Platón. Vuelve a ocurrir lo mismo, y la objeción del filósofo a Platón es la misma que ha hecho a Aristóteles. Platón tampoco puede contestarla y desaparece. Van apareciendo uno a uno todos los filósofos famosos de la historia, y nuestro filósofo rebate a todos con la misma objeción. Cuando el último ha desaparecido, nuestro filósofo se dice a sí mismo: "Sé que estoy dormido y que estoy soñando todo esto. Sin embargo, he encontrado un argumento universal capaz de refutar todos los sistemas filosóficos. Mañana cuando me despierte probablemente lo habré olvidado, y el mundo se perderá algo importante". Haciendo grandes esfuerzos, se obligó a sí mismo a despertarse, apresurarse a su mesa y escribir su argumento universal. Entonces volvió a la cama y suspiró tranquilo. A la mañana siguiente, cuando se despertó, fue corriendo a la mesa para ver qué había escrito. Era "¡Eso lo dirás tú!".

5 comentarios:

mario dijo...

¡Lo ideal sería una cena con cañitas en la sierra! Pero no nos pasemos de ambiciosos. Esta semana estoy casi con un pie Girona (hay que celebrar el día de la hispanidad como dios manda...). A la vuelta os busco un día para tomar algo al salir de clase. Besos

mario dijo...

¡Y LO ANTERIOR LO DIGO YO, CLARO!

Raquel Márquez dijo...

Guay, ese plan también mola, avisa cuando te apetezca y te venga bien y te vamos a recoger a la salida, con la carpeta llena de fotos de Bon Jovi abrazada al cuerpo. Qué pasa, al pensar en mí saliendo de clase en el insti me ha venido eso, jeje.

Miguel B. Núñez dijo...

me apunto a las cañas, o a los mostos... a la lógica no, porque siempre me siento tonto cuando lo intento. Me pasa por salir con una gafotas!

Patrice dijo...

Jaja! yo me llevo el poster tamaño natural de Jon!
Me han encantado los textos.
Besos!