10.4.08

Pensaba que por una vez no iba a hablar de Miguel...

Leyendo hace un rato este texto en la novela Dientes blancos, de Zadie Smith, que me regaló Israel (¡gracias otra vez!), me ha llamado la atención esto:

Ocurre una cosa muy curiosa en este mundo de ahora: En los tocadores de las discotecas se oye a chicas que dicen: "Sí, me folló y me plantó. No me quería. Era incapaz. Estaba muy jodido para saber querer". Bueno, ¿qué es lo que nos ha pasado? ¿Qué es lo que tiene este poco adorable siglo para hacernos pensar que, a pesar de todo, somos adorables como personas, como especie? ¿Qué nos hace pensar que, si alguien no puede querernos, es porque está discapacitado en cierta manera? (...) Las tarjetas de felicitación nos dicen rutinariamente que todo el mundo merece amor. No. Todo el mundo merece agua limpia. Pero no todo el mundo merece amor continuamente.

Me pregunto: ¿Hay gente que no merece amor? O incluso, ¿será verdad que nadie merece amor "continuamente"? No estoy pensando en psicópatas o en gente que manifiesta su crueldad todos los días. Me refiero a si tendrá sentido la idea de "merecer amor". Al principio me he sentido muy identificada con este párrafo, he pensado "Ya era hora de que alguien lo dijera, el amor hay que ganárselo".

Pero luego me he dado cuenta de que lo que en realidad creo está muy alejado de eso. Lo que yo creo es que el amor no es moral, ni maldita falta que hace. Bueno, eso es lo que creo, aunque muy a menudo me despisto y me pongo a moralizar con el amor... Creo que el amor no es una cuestión moral porque creo que nunca es cuestión de merecerlo o no, que nunca es útil para nadie preguntarse si tal persona lo merece de tal otra. Sólo hay que darlo a cuanta más gente mejor, así de simple.

Y como el amor no es moral, tampoco puede ser altruista. Y por el mismo motivo, y esto me interesa más, ni de coña el amor puede ser egoísta. Estoy harta de oírlo y cuanto más lo pienso menos sentido le veo. No podemos enorgullecernos ni tampoco sentirnos culpables cuando estamos queriendo.

Y en la vida los juicios morales sobre los demás están ahí, son útiles, hay que hacerlos, hay que comunicarlos, incluso hay que disfrutarlos si uno se enorgullece de ser una persona juiciosa (porque juicio no es sólo "crítica", también "buen juicio, criterio"), pero no tienen nada que ver con el amor. Cuando mezclamos el merecimiento con el amor yo creo que es porque estamos centrándonos en el amado, cuando en el amor lo importante es el amante... Disfrutar siendo amado está bien, pero disfrutar amando es mejor todavía. No digo moralmente mejor, claro, sino mejor a secas, más experiencia, más vida.

Cuando sí hay que preguntarse si unos nos merecemos cosas de otros, es cuando entramos a hacer sacrificios, concesiones, compromisos... Eso son riesgos que rodean muy de cerca al amor, pero nunca hay que confundirlos con él. Sí, los he llamado riesgos, porque no me creo que sean cargas que trae siempre consigo el amor. Son sólo eso, riesgos a evitar, cosas negativas que se pueden superar. Vamos, que el verdadero amor yo creo que no precisa sacrificios, concesiones ni compromisos. ¿Heavy, eh? ¡Pues lo creo de verdad! Antes no lo entendía en absoluto. Siempre que oía ideas parecidas me sonaban bien, pero en el fondo creía que eran una idealización como Utopía o la Paz Perpetua... Lo creía tan profundamente que no me daba cuenta. Y ahora no sólo lo entiendo, sino que vivo dentro. Y se lo debo a una sola persona.

Eso Miguel me lo ha dado para siempre. Pase lo que pase en nuestra vida de aquí en adelante. ¡A ver si yo te puedo dar algo comparable a eso!

Por favor, déjame, cambia de idea respecto a mí, hazme daño las veces que haga falta... pero nunca, nunca te vayas "donde no puedo seguirte" porque desde que me hablaste de esa frase, cada vez que pienso en ello me dan ganas de llorar.

13 comentarios:

Raquel Márquez dijo...

La verdad es que hasta que llegas a la parte "bonita" es un poco ladrillaco, jaja.

Miguel B. Núñez dijo...

ya estoy llorando, boba!

Carlos García R. dijo...

Bien Raquel, bien.
Un post cada seis meses no está nada mal como media. Y no hay nada mejor para mantener a la "audiencia" con el esfinter encogido por la impaciencia y la incertidumbre.

"Ná te pio, ná te debo...", ya lo dijo el insigne y ecuménico poeta Miguel Molina, adalid coplero e icono gay progresista donde los haya.

Y no digo más tonterías que luego viene la SGAE y nos expedienta.

mario dijo...

Oye! Genial tu comentario en mi blog. En estos tiempos, en que los trabajos y las distancias nos impiden disfrutar más a menudo de la gente que queremos, lo del blog es una solución de urgencia. De ahí mi constancia: como ando muy perdido al menos que el que quiera pueda saber de mi por escrito.

El amor para mi es un don. Independientemente de lo mal o bien que lo puedas pasar a mí siempre me ha enseñado a conocer aspectos de mí mismo que desconocía o me negaba. Por muy racional que seas (y servidor intenta serlo) es uno de esos fenómenos que no admiten acercamientos intelectuales. Y está bien que haya terrenos en los que de poco sirva el poder de la razón para devolvernos la humildad, que en eso consiste ser humanos. Por eso, en el fondo, soy incapaz de odiar a alguien a quién he amado. Y, cuando no lo estoy, pocas cosas me transmiten tanta alegría como observar a una pareja de enamorados. En estos tiempos de rentabilidades y balances de cuentas me llena de esperanza que la peña invierta timepo y esfuerzo en algo tan, en principio, poco capitalizable como quererse.

Anónimo dijo...

Cabrona, yo aquí leyéndote mientras hablas con mi churro por teléfono, y mira que me entran ganas de llorar...

Te besaría hasta ahogarte.

Cabrona.

Cláudia

Anónimo dijo...

Y añado: cómo molas Mario :)

C.

Raquel Márquez dijo...

Os voy a ahogar a los dos a abrazos en cuanto os despistéis :DDD

joan dijo...

jo, qué bonito. un retorno por todo lo alto!

Franziska dijo...

Llevo días conteniéndome las ganas de enviarte un correo porque sabía que estabas a punto de volver al blog.

Desde mi punto de vista, el tema lo has planteado muy bien y se ve lo claro que tienes qué es y qué no es, amor. Estoy de acuerdo contigo en muchas cosas pero, yo añadiría un matiz: en esto de amar sucede lo mismo que cuando escribimos una novela: el argumento puede ser casi idéntico pero el resultado es siempre diferente. Porque siempre intervienen dos personas que viven lo mismo, pero de distinta manera, y poniendo en juego resortes y sentimientos que son, la mayoría de las veces, contrapuestos.

Veo que estos meses "en barbecho" han influido muy positivamente en tu forma de escribir. Eres la misma, sí, pero con una expresión aún más ágil. Apostaría que toda esa entrada a salido de un tirón...¿me equivoco?

Un abrazo de tu abuela adoptiva.

Elena Duque dijo...

Al entrar aquí hoy (como hago casi todos los días) y por fin encontrar un post nuevo, me he sentido un poco como cuando te pones por primera vez el abrigo en invierno, metes la mano en el bolsillo y te encuentras un billete olvidado, un caramelo o algo que creías perdido desde el año pasado.
Y bueno, yo prefiero no teorizar mucho sobre el amor, lo único que se es que lo vuestro si que lo es de verdad!

Carne Radioactiva dijo...

joe, yo estoy llorando por partida doble: una, porque te ha molado el libro (sí, que sí, tiene si rollo ladrillazo pero no mucho eh!, es como cruzar un mini pantano y después llegar a un sendero lleno de flores); dos, porque esto que has puesto, ays, me ha emovido cosas muy profundas, si hasta lo he imprimido y todo, suscribo lo que dice elena, lo vuestro, lo es de verdad!...........

Cigarra dijo...

¡Has vuelto, has vuelto! Cuando te he visto en el blog de Mario me he puesto más contenta!. Y vaya post que te has mandado, una joya. Totalmente de acuerdo. Te diré: llevo 27 años viviendo con el mismo señor(o tío, o chico, o como le quieras llamar), y creo que no le habré preguntado ni tres veces si me quiere, pero me he explicado a mí misma miles de veces si le sigo queriendo y en qué consiste eso.
A nadie le aman porque se lo merezca. Tienes suerte si te ama la persona a la que amas, pero no me gustaría pensar que me quiere porque "me lo merezco". Quiero que me quiera, como le quiero yo a él, porque no tengo más remedio. Porque si no, no me gustaría estar viva. O a lo mejor si, pero desde luego, estar viva sería de otra manera. Y me gusta ésta.
Muy bueno, muy bueno, lo suscribo todo. "...cuando en el amor lo importante es el amante"
¡Bienhallada, artista!

Raquel Márquez dijo...

Ay, qué bonito todo lo que decís, ganas de visitaros a todos en vuestros respectivos blogs después de tanto tiempo, ayyyyyyy...