14.11.05

Calma, calma, todo es relativo

[Por la presente, cuelgo un textillo relativista. Habrá más de este tema, pero aparte de que se me está derritiendo el cerebro después de todo el día escribiéndolo, creo que es más comercial por entregas, jeje... Me encantaría que me llevarais la contraria o que me pusierais en un aprieto con preguntas; así voy contestando en los comentarios o en otra entrada y dialogamos. Aprovecho para saludar a Miguel Brieva ;-) ]

Es sorprendente constatar hasta qué punto, en la lucha relativistas-"absolutistas", los últimos siguen teniendo más respeto de la mayoría de la gente. Absolutista en este sentido -creyente en verdades absolutas- puede serlo un ultraconservador o un anarquista. Esta mayoría de gente presupone que, opine lo que opine uno, al final hay una Verdad o Verdades que no hay que cuestionar, independientes, superiores o incluso anteriores respecto del ser humano. Para ellos puede haber sin contradicción un sentido de la vida más o menos concreto válido para todos, aunque algunos (o todos) no lo puedan comprender o estén directamente en contra.

Pero cualquier sentido de la vida o sistema de valores en general se basa en verdades. ¿Y no es toda verdad una idea, un resultado del pensamiento que los seres humanos consideramos correcto? ¿Creer en una verdad que no depende de las personas no es como creer que puede haber un pensamiento antes que un cerebro?

A esto muchos responderán que hay hechos que son verdad aunque ningún ser humano tenga conocimiento de ellos. Pongamos el típico ejemplo de un árbol que cae en medio del bosque sin testigos. Acepto que la caída de ese árbol es verdad en muchos sentidos aunque nadie la experimente. Cierto que para mí si ningún animal se viera afectado en nada, ni en ese momento ni después, por ese hecho sería dudoso llamarlo siquiera hecho real: ¿una realidad sin seres vivos que la percibieran...? Quizá habría que llamarla de otro modo, porque ya no tendrían sentido las contraposiciones realidad-sueño, realidad-efecto engañoso de los sentidos, etc. Pero sin entrar en este nuevo problema lo que está claro es que el árbol cae, que hay hechos físicos que se están produciendo aunque nadie lo sepa. Para entendernos, a este tipo de fenómeno no lo llamaría yo verdad propiamente dicha, sino como mucho hecho real, aunque insisto en que llamarlo verdad tendría lógica en una acepción concreta de la palabra que yo creo que podemos separar perfectamente del resto y olvidarnos de ella.

De hecho, en esta acepción es tan obvio que el árbol cae "de verdad" (provocando lo que en un sistema auditivo daría como consecuencia un sonido, en la vista una imagen, etc, si hubiera testigos) que no significa nada preguntar de modo desafiante a un relativista algo parecido a esto: "¿Si se cae un árbol puedes negar acaso que es verdad que se ha caído aunque alguien opine lo contrario, aunque alguien opine que está en pie? ¿Eso no sería verdad de por sí, incluso aunque nadie lo hubiera visto, aunque nadie creyera que sucedió?" Estas preguntas me las han hecho mil veces de diferentes formas cuando me pongo a presumir de relativista, pero es que no significan nada, os lo prometo, están basadas en una obviedad. Fijaos; a eso que pregunta alguien, a quien llamaré Juan, por ejemplo, yo podría contestar algo como esto:

"Claro que el árbol cae, porque tú me lo acabas de decir, me has dicho que el árbol cae y que nadie lo ve. El árbol cae es una premisa en tu frase, me lo has asegurado, así que te creo. Lo que no entiendo es cómo podrías saberlo tú, Juan, cómo te hubieras enterado de que el árbol se ha caído si de verdad nadie lo hubiera visto... Si lo dijeras como testigo y fueras el único que estaba allí podría creerte porque eres mi amigo y me pareces un tío inteligente, pero si lo hubieran visto más personas y algunas hubieran interpretado, por ejemplo, que está medio-caído, o que sólo se ha tambaleado... Entonces para saber la verdad, o arriesgarme a creer alguna verdad al respecto, necesitaría hablar con esos otros y comprobar quién estaba más cerca, quién había bebido menos alcohol, quién tiene menos dioptrías de miopía... Ese tipo de cosas. Si en cambio lo que pasa es que nadie lo ha visto y que nadie verá ninguna huella de ello nunca... Entonces prefiero no tenerlo en cuenta como verdad, no tengo motivos para creerlo".

Ya sé que eso sería reírme un poco de Juan, porque con esas preguntas no está hablando de él y de un hecho concreto que él creyera verdadero. Su posición es otra, la de una especie de conocedor omnisciente. Me explico. No dice que un hecho concreto sería verdad si él lo creyera verdad y nos diera sus motivos (eso es a lo que tendría que limitarse un humilde relativista, a explicar su verdad e intentar convencer al resto), sino que en su hipótesis presupone desde el principio, como premisa no asociada a su persona ni a ningún otro ser, que es cierto que "el árbol ha caído"; él presupone que se ha dado un hecho, aunque alguien opine que es falso (o incluso aunque nadie lo haya percibido). Bueno, pues en este caso lo que está diciendo (recordemos a dónde quiere llegar: a la conclusión de que ese hecho es una verdad absoluta) es obvio y carente de contenido. Veréis. Si no es él, Juan -un mero individuo que se puede dejar llevar por sus debilidades o sus preferencias- quien me dice que el árbol cayó, sino una especie de conocedor que lo sabe todo (única manera que se me ocurre para que eso sea una verdad sin necesidad de que Juan ni ningún otro individuo lo afirme ni lo piense), entonces sería de idiotas dudar de ello. Aquel posible alguien que opinara lo contrario estaría equivocado por principio... Si el fenómeno se ha producido y estamos seguros, el razonamiento por el que los absolutistas llaman verdad a ese hecho innegable es una estupidez que no conduce a nada: "Si el árbol cae, es verdad que el árbol cae". Si eso es así, eso es así... LO QUE ES, ES.

Como no aporta ningún dato nuevo, este razonamiento es inútil. Y esa verdad, la de que el árbol se ha caído sin que nadie se entere, si no se nota, si no puede demostrarse ni afectar a la vida de alguna persona -o de algún animal, si los consideramos a un nivel comparable-, tampoco sirve para nada. Si el árbol ha caído pero no hay forma humana de saberlo porque a nada humano afecta (si nos afecta en algo tendríamos pistas), pues bueno, se habrá caído, pero me da igual. Si se cayeran uno a uno todos los árboles de la selva tropical pero nadie se viera afectado por ello de ninguna manera... pues qué queréis que os diga, como dice mi novio: me importa un cagarro. Por eso me parece que la palabra verdad se les queda grande a este tipo de hechos físicos, como que se caiga un árbol, que se rompa un vaso, que salga el sol un día... Estos hechos no es exactamente que sean verdaderos o falsos, es que se dan, suceden, y son verdad-para-nosotros sólo en cuanto nos afectan en algo. Si un vaso se rompe al lado mientras hablamos, claro que los dos estaremos de acuerdo en que el vaso se ha roto, claro que eso nos parecerá innegable, podemos afirmar sin miedo a equivocarnos: "el vaso se ha roto" y lo llamaremos verdad. Si lo recogemos sin cuidado hasta podemos cortarnos, y algo falso no nos puede hacer sangrar... Pero la frase "el vaso se ha roto" no se puede comparar con afirmaciones como "es negativo para la humanidad que ese vaso se haya roto", "el vaso se ha roto porque era su destino" o con otras consideraciones sin vasos de por medio como "el sistema capitalista es el que más aliena al individuo" o "la televisión es básicamente un instrumento para oprimir al pueblo" o "Raquel es mucho más guapa que la media de mujeres de su edad"... Bueno, en esto último haremos una excepción, es una Verdad autoevidente.

Una última cosa por hoy. Hay que darse cuenta de que cuando se intenta afirmar con autoridad algo del tipo LO QUE ES, ES (y eso es lo que hacemos cuando hablamos de verdades absolutas), cuando se intenta dar algún sentido objetivo a una aserción así, es fácil tener que ayudarse de una especie de conocedor que lo sabe todo y que no se equivoca nunca. Si sabemos que el árbol se ha caído, si de verdad estamos seguros aunque nadie lo haya visto, tiene que ser porque confiamos en algo o alguien que nos dé esa seguridad diga cualquier persona lo que diga. Esto significa que si llegáis a menudo a la conclusión final de que "las cosas son como son", es bastante plausible presumir que creéis en Dios (o en algo tremendamente parecido) o que estáis cayendo en una incoherencia, cosas las dos bastantes respetables, pero que hay que saber reconocer.

16 comentarios:

Unknown dijo...

Hombre, yo relativista soy, soy gallega... Pero, puestos a reconocer que no sabemos nada, tampoco me parece tan raro que alguien decida que le da la gana de creer que algo es lo que es y tirar para adelante. Para mucha gente supongo que es imposible no clavar la aguja del compás en algún sitio y a partir de ahí limitarse a hacer círculos.
Esto lo comprendo como ser humano, pero en un plano teórico, la verdad es que no lo apoyo, aunque como soy gallega y relativista, a veces sí. ¿no?
¿Le sirve de algo mi opinión?
Sí/ No/ Depende

Raquel Márquez dijo...

Jeje... Claro, mientras uno sepa dónde pone el compás y no crea que el compás está ahí dado porque sí y que además eso es verdad...
Yo, después de dar muchas vueltas a lo mismo, me tengo que quedar con algo, pero nunca me enfadaré si alguien se queda con lo contrario. A no ser que esté con la regla, o bien ovulando, o me haya llevantado así como de mal humor ooo....

Anónimo dijo...

mientras vas fregando los platos -eh, que conste que yo también lo hago, no vaya a pensar alguien que no- me dedico a sacarle todo su jugo a tu discurso relativista. y no se si decirte que, tienes TODA la razón del mundo...

...porque yo, como buen relativista, a veces me pongo de un absolutista que no veas!!

Anónimo dijo...

Eso de las Verdades absolutas es un pasatiempo muy entretenido para aquellos que por una causa u otra dispongan y deseen emplear su tiempo. Algo parecido a hacer Sudokus compulsivamente. El caso es que creo que se descuida en muchos casos el término "útil" y todo aquello que no lo es en algún sentido no me interesa nada porque , como su propio nombre indica, es inútil y por tanto no aprovechable en mi limitada existencia. Por supuestísimo que a veces las ideas más necesarias son aquellas que a priori parecen no ir a ningún lado pero toda defensa de lo gratuito del arte o del pensamiento me resulta una soplapollez fruto de inadapatados tan admirables como Pessoa o Borges o revolucionarios taimados a lo Oscar Wilde. Que vale, que quedas de puta madre y bohemio total cuando afirmas que hay verdades, o expresiones que se justifican por si mismas pero eso no se lo cree ni Baudelaire puesto de opio hasta las cejaz. Y si no que les faltara la comida en el plato ya veriamos lo que les duraba el idealismo y la preocupación por las verdades inmanentes

Anónimo dijo...

voy a añadir algo que parece que no tiene relación, pero puede que la tenga, según quieras apreciarlo, porque todo está ahí y tiene utilidad en sí mismo y en relación con el resto del mundo. Sólo depende de sí queres verlo o entenderlo así: "Nada acaba nunca"

ole, qué bien me ha quedado...

Y además añadiría que en este estar preso de las palabras, se peude jugar a las afirmaciones mentirosas, como cuando doy como cierto que "Yo miento", por ejemplo...esta herramienta, el lenguaje, falla más que una escopeta de feria...

Raquel Márquez dijo...

Jo, Mario, y me razonas así de convincente a las putas 8 de la mañana!!! Sabía que te necesitaba en mi blog. Viva lo útil, disfrutar de lo inútil está bien como entretenimiento (de hecho esa me parece la mejor definición de entretenimiento), pero hacer de lo inútil algo central de tu vida (insisto, fuera del entretenimiento, que sí me parece un sentido de la vida cojonudo) es peligroso, creo que al final te debes de dar cuenta de que has perdido mucho tiempo... Viva Borges también, inútil pero qué placer!!

Raquel Márquez dijo...

"Nada acaba nunca"... Bonito en cualquier caso, se me ocurren varios sentidos y todos gonitos gonitos. Con lo de las mentiras, me parece curioso que a pesar de lo ambiguo de "yo siempre miento" es una frase de la que puedo guiarme en la vida. Me refiero a que si alguien me dice que miente siempre ya sé lo que tengo que hacer, no fiarme de él/ella. Porque si es mentira que "miente siempre" está creando precedente con esa mentira (y alguien que empieza mintiendo no es fiable), y si (única otra opción) es verdad que "miente siempre" pero que por una vez ha decidido sinceramente confesar su tendencia a mentir... Entonces es bastante posible que lo próximo que diga sea de nuevo una patraña...

Pero es más entretenido darse cuenta de que la frase "YO MIENTO SIEMPRE", si tomamos la palabra "SIEMPRE" al pie de la letra no puede ser nunca cierta, nunca. Uno no puede decirlo en ninguna situación sin convertirse en un mentiroso automáticamente... Es de locos...

Unknown dijo...

A ver, que para algo estoy estudiando yo language. Austin dijo: las oraciones no pueden ser consideradas ni verdaderas ni falsas sólo los enunciados. Diferencia entre oración y enunciado:
Oración: es abstracta no realizada, no la ha dicho nadie, sólo sirve para ver si es gramatical o no.
Enunciado: es la oración realizada en un contexto concreto por una persona concreta con una intención concreta de comunicarle a alguien concreto lo que sea.
Así que creo que uno de los problemas a los que se enfrenta la filosofía es que tiende a analizar como verdaderas o falsas oraciones, cuando no se puede, todo DEPENDE del contexto.

Anónimo dijo...

bueno... pues sigamos adentrándonos en las procelosas aguas de lo útil y lo inútil antes de seguir ganándome la vida (y a ser posible sin que me caze le jefe...).

El que cierta gente dedique su tiempo y tal vez empeñen su vida en especular sobre cualquier concepto que no esté en relación directa con la experiencia (bien la de uno mismo, bien del resto, por ese hermoso mecanismo de suervivencia de la especia que es la solidaridad) no sé si me parece loable o triste. Loable porque el idelaista que un día habitó en mi interior sigue emocionándose ante las empresas imposibles, pero triste en tanto el lado racional que se desarrolló después sabe que no, que no y que no... que aquello no va a ningún lado.
Ahora, creo también que es importante la distinción que lo que entiendo por útil está lejos, lejísimos, de lo que se entiende por rentable. Tal vez es obvio pero en estos tiempos de mercadeo mejor así. Y es que no hay nada para servidor tan útil y gratificante como perder el tiempo. Le escuché una frase al Krahe que me casi convertiría en máxima: "Un mamífero sólo trabaja para conseguir comida, cuando obtiene la comida ya no hace nada. Y nosotros somos mamiferos"

Raquel Márquez dijo...

Sí, lo de que dice Laura creo que es bastante compatible con mi discurso, a algo así me refiero yo cuando digo que la verdad es sólo verdad-para-alguien en algo que le afecta de alguna manera. Lo que pasa es que también me parece erróneo identificar la filosofía sólo con un juego del lenguaje, como decía más directamente el GatoSoviético... Yo creo que la filosofía es una rama de la literatura porque básicamente hace lo que siempre ha hecho ésta, crear mundos que nos hacen interpretar el real de una forma u otra y que además son bonitos, nos entretienen, le dan riqueza a la vida... Pero de ahí a considerar que cuando hablamos por ejemplo de si existe un ser superior o de si es ético pensar sólo en el propio beneficio, estemos hablando sólo de enunciados en un contexto concreto... De hecho, ese es el encanto y el problema de la filosofía, habla de enunciados demasiado generales...

Raquel Márquez dijo...

Jeje, Mario, un poco excesivo el Krahe con el cinismo, aunque yo soy mamífera del todo con lo del trabajo (en trabajo no meto por ejemplo escribir o leer algo que me apetece)... Si tengo comida no muevo un dedo, y estoy orgullosa de ello.
Yo también era mucho más idealista antes, y estoy de acuerdo con tus matices sobre la utilidad...

Uy, voy a ver el telediario de telemadrid, que creo que se han colado los HH...

Anónimo dijo...

Lo de la cita de Krahe era por aclarar mi idea del concepto "útil". Porque creo que el concepto liberal (ecónomico) de aprovechamiento del tiempo ha hecho en las últimas décadas tanto daño o más que el de culpa cristiano. Pero de pronto un día, con suerte, caes en la cuenta de que la vida no hay que provecharla sino disfrutarla.

Raquel Márquez dijo...

Amén, Mario, Amén. Que no te pude contestar estos días que he estado fuera de casa y nunca había internet... Lo que dices me llega especialmente porque estoy leyendo Sexus y si hay alguien que entendió eso fue Henry Miller. Es que me exalto, me exalto, me dan ganas de escribir cien millones de libros, aunque sean malos, pero cien millones, cien mil millones de libros gordísimos, jajaja...

Anónimo dijo...

He leído los tres primeros párrafos y no puedo evitar hacer algún comentario. En primer lugar la lucha entre relativistas y absolutistas?. Por lo que he podido entender y por los ejemplos que emplea al hablar de certezas políticas, habría que distinguir entre dogmáticos y críticos. Uno pude abrazar el anarquismo sin que por asomo aparezcan verdades absolutas, ya que tal actitud puede (la anarquista) proponer un estado de cosas sin que este esté imbuido por ningún tipo de verdad absoluta y sacrosanta.
Que de la verdad absoluta se pase a una verdad concreta es un tirabuzón epistemológico, a la altura de la venida del mesías como mínimo. Con lo cual se muestra que la autora cuando habla de verdades absolutistas no tiene en mente otra cosa que el razonar cristiano clásico, pues tanto la comprensión de esa supuesta verdad, que configura el sentido de la existencia, como la validez intersubjetiva y la imposibilidad de que haya verdades a partir de la experiecia que la autora de entrada elimina , no va mucho más allá de lo que cualquier catecismo pueda decir sobre la fe y esas cosas.
Pero no quisiera detenerme mucho en esto. Por otra parte el sistema de valores en general se basa en verdades? Para Manolo que nos matamos. Que haya un sistema de valores es como el sorpresa, sorpresa, el perro y la mermelada, algo de lo que se habla pero que nadie ha visto. Es evidente que con la concepción de verdad que tiene en la autora en mente no se llega muy lejos y por ello se siguen las conclusiones del segundo párrafo tales como Creer (los actos de creencia poco tiene que ver con la verdad y mucho con la fe, no es lo mismo creencia que certeza o evidencia) en una verdad que no depende de las personas no es como creer que puede haber un pensamiento antes que un cerebro que son completamente absurdas, pro eso ni tiene nada que ver con la verdad ni con el relativismo, ni con el señor que pasaba por allí.
Continuando con el discurso, sólo querría señalar que los hechos de la experiencia no son neutrales, y cada observación de un hecho contiene carga teórica. Es decir, que las categorías del intelecto con las cuales aprehendemos la realidad no son en absoluto neutrales, y así vemos lo que nos han enseñado a ver. Por lo visto lo que transluce el artículo es la forma critiana apostólica y romana de concebir la realidad, lo cual satisfará mucho al artista antes conocido como Ratzinger. Pero bueno, a fin de cuentas la filosofía sólo vale para hacer unas risas en pelícaculas de W. Allen, mientras la ideología dominante se instala hasta en los más íntimos actos de nuestra visa, y de nuestra vida.

Raquel Márquez dijo...

Coño, acabo de ver este comentario a fecha de hoy. Sería de locos comprobar cada día si a alguien se le ha ocurrido poner un comentario perdido por el blog. Voy mirando las últimas entradas... Seguro que a tu vez tú tampoco lees mi comentario ni hoy ni mañana, pero bueno.

A ver. Lo primero, me parece cuando menos curioso que te hayas leído sólo tres parrafos y tu comentario tenga cuatro parrafos como cuatro soles. Si yo propongo un argumento largo y alguien quiere hacer una crítica al menos debería leerlo entero y no presuponer, como hace, cosas que no digo y lanzarse a opinar a la contra.

Primer tema, el anarquismo. No digo gran cosa ni buena ni mala sobre los anarquistas. No afirmo que los anarquistas sean "absolutistas", digo que el mero hecho de tener un discurso político basado en la idea de la libertad no te convierte por sí solo en una persona con una idea relativista del conocimiento. Únicamente digo eso.

Cuando hablo de verdades absolutas, hablo de verdades absolutas. Y lo explico: verdades independientes de la existencia o de la opinión de los seres humanos. No hablo necesariamente del cristianismo. Y cuando hablo de verdades absolutas me refiero en último término a verdades concretas, por supuesto que sí. Por ejemplo: "Existe un ser superior y creador de todo". Conozco mucha gente que cree en verdades absolutas sin ser religiosa, y otra gente que, como yo, no cree. Me parecen creencias, sí, porque no hay maneras "científicas" de relacionarse con verdades independientes de nosotros (por ejemplo, no medibles con nuestros sistemas, no comprensibles con nuestro cerebro, etc). Llamo a esa creencia "absolutista" con sorna y mala idea, claro, jeje. En mi descargo hay que decir que en realidad casi nadie me parece propiamente "absolutista". Quizá un fascista o un fanático convencido y poco más. Lo demás son lapsus en los que caemos todos.

La creencia no sólo tiene que ver con la verdad, sino que además me parece que es la forma más pura de relacionarse con ella tal como yo entiendo la palabra verdad. En las verdades siempre se cree. Saber, saber, sin componente subjetivo de creencia, quizá no se sabe nada.

No entiendo muy bien tus argumentos, me parecen farragosillos, la verdad. Pero desde luego que sigo afirmando que un sistema de valores (mis ideas sobre qué es lo importante de la vida) dependen de mi conocimiento y mis opiniones (que ya te digo que para mi no son cosas muy alejadas la una de la otra), de lo que yo considero verdades. No sólo depende de eso, pero desde luego mi opinión sobre qué es verdad y qué no influirá en qué valoro yo más, en qué valores guían mi vida.

Los hechos de la experiencia no son neutrales. De acuerdo. Pero que toda observación de un hecho contenga "carga teórica" me parece ciencia-ficción. Un perro puede observar una paloma, apreciar detalles en ella, y en ningún caso su mirada tiene carga teórica. Cada vez que yo observo algo me influyen ideas anteriores, mis experiencias anteriores, los defectos o virtudes de mis sentidos, etc, pero no, amigo, no es cierto que cada vez que yo observo algo me está dominando no sé qué ideología poderosísima. La prueba es que tus ideas de la vida probablemente son muy diferentes de las mias. Y creo que nos hemos educado en la misma cultura. No sé si tú sientes que a ti te lavan el cerebro con las teorías. Yo las teorías las leo, las discuto, las acepto o rechazo, me influyen, y al final lo importante en la vida no son las teorías. Ni en la mía ni en la de nadie.

¡¡Lo importante es el amorrrr!!

Raquel Márquez dijo...

Ah, otra cosa, yo no sólo no elimino la opción de verdades intersubjetivas a partir de la experiencia, sino que defino exactamente así las verdades útiles. Si hubieras leído más creo que lo hubieras entrevisto. Las verdades son relativas, no absolutas, pero no por ello son siempre inválidas. No están "ahí fuera", sino que están en las personas al comunicarse y siempre deben partir de la experiencia y de la intersubjetividad para ser útiles. Pero están y bienvenidas sean, si no las tuviéramos seríamos animalillos y sería todo menos interesante, yo creo.

Y otra cosa más aún. Me parece triste que creas que la filosofía es un entretenimiento (eso lo puedo secundar) y sin embargo te hayas tragado que la ideología es lo que cuenta y lo que decide la vida. Ya te digo que no, que lo importante en la vida es querer. La ideología deja de ser importante con el tiempo si te vas haciendo sabio y feliz. Menos teorías y más estar bien. Rebelándose si hace falta, contra ideas, argumentos, sistemas opresores... pero sin tomarse en serio la teoría. Libre, feliz y con el karma en su punto.