8.6.07

Lo que más me ha gustado hasta ahora de la Enciclopedia Universal Clismón, de Miguel Brieva (cómprenla) es la definición de GOZAR: sentir que la actividad que se realiza es un fin en sí mismo.

Y como eso a mí me pasa muy especialmente cuando escribo y cuando hablo con la gente (por eso lo de los monólogos, una de las pocas cosas que, como los blogs, unen esos dos gozos) pues sigo escribiendo otro poquito.

Creo que en la vida es tan sencillo como eso, aunque de un par de meses a esta parte me parezca lo más difícil del mundo: hacer la mayor parte del tiempo, o la parte más consciente del tiempo, algo que se sienta como un fin último. Eso me ha pasado también con la música o con las películas, pero no puedo engañarme. Contemplar cosas no es un fin en sí mismo. Ni siquiera un bosque o una puesta de sol son fines, no tengo esa capacidad religiosa, aunque escribir y hablar con gente sentados en un bosque sería especialmente chulo... por cierto que alguien había dicho picnic, ¿no?

Bueno, se acabó lo de escribir: ¿quién se apunta a un picnic el sábado que viene (el 16 de Junio)? Quedamos a última hora de la mañana, sí-sí-sí, podemos ir aquí: esto está (increíblemente, absurdamente) cerca de nuestra casa.

Así en vez de escribir y monologar puedo hablar de verdad, escuchando. Venid, que haré tortilla y a lo mejor ensalada de pimientos... Bueno, lo de los pimientos no es seguro, ¿eh? Que para mí cocinar durante horas está bien para luego hablar con la gente, no como fin en sí. Que todavía soy feminista, o algo así...