27.12.10

Empecé leyendo lo que opinaban los juristas (básicamente, que es peligroso sustituir los juzgados por una comisión administrativa en cuestiones como ésta de la "piratería", en la que no están en juego los derechos fundamentales de los ciudadanos, sino un sector económico muy concreto), seguí con lo que decían las asociaciones por la libertad y la neutralidad en internet (todos claramente en contra o con importantes reservas hacia la ley) y con el público "no creador" en general, que lógicamente está interesado en seguir disfrutando gratis de esas películas, series, canciones... que no puede o no quiere comprar en soporte físico. Y que no se siente muy culpable por ello, nos pongamos como nos pongamos.

Y al final, encontré opiniones en la dirección opuesta, algunas muy insultantes. A los críticos con la ley y a los que se descargan cosas gratis se les ha metido en el mismo saco y se les ha llamado "cinéfilos de domingo por la tarde" (se ve que el auténtico cinéfilo paga religiosamente por cada fotograma que ve), demagogos, populistas, o directamente ladrones. Y lo más curioso es que alguno de éstos se ha despachado a gusto sin entrar a hablar de si él/ella se baja cosas gratis o no. Me parece lo mínimo cuando llamas ladrón a varios millones de personas: incluirte a ti mismo en la definición o desmarcarte. Es poco honrado meterte con seriesyonkis cuando eres usuario habitual de esa o de otras webs similares, sobre todo si no le das al público esa información.

Otros no se han posicionado ni del todo a favor ni del todo en contra. Pero, aun siendo de los más interesantes, yo hubiera preferido que, además de ser moderados y no insultar a nadie, que siempre se agradece, hubieran llegado a una conclusión de sí o no sobre la ley. La mía es que no, la ley Sinde no es justa. Soy guionista y he ganado miles de euros en derechos de autor. Pero esa comisión, esté quien esté en ella, no me representa.

Al hilo de lo que ha dicho Natxo López, con el que casi siempre estoy de acuerdo y del que he aprendido mucho, se me ocurren otras preguntas:

- ¿Cómo es que los portavoces más activos en defensa de la ley Sinde son precisamente personas que pueden vivir de la industria cultural tal y como está?

- ¿Por qué hay tantas opiniones en contra de los que estamos en contra de la ley, y tan pocos alegatos inequívocamente a favor de ella? 

- ¿Por qué nadie de mi entorno defendía a Ramoncín (ni a Rosario, ni a Ana Belén y Víctor Manuel, ni a Bisbal...) durante todo este tiempo, cuando le humillaban y hasta le tiraban piedras, y ahora muchos apoyan a Álex de la Iglesia cuando dice exactamente lo mismo? 

- ¿Por qué si los intermediarios culturales están tan acorralados por la piratería se pueden permitir subir los precios sin parar, en lugar de bajarlos? ¿Por qué, ahora que puedo ver gratis casi cualquier película, ir al cine me cuesta casi 10 euros?

- ¿Decir que Telefónica se está lucrando con las descargas "ilegales" (los jueces no han opinado lo mismo en la mayoría de los casos) no es como decir que se está lucrando gracias al narcotráfico, porque hay traficantes que usan el teléfono para hacer sus negocios? ¿Tiene un proveedor que vigilar a sus clientes o responsabilizarse de lo que hacen?

- ¿No nos estaremos cegando pensando que el fin justifica los medios? ¿Quién va a "vigilar a los vigilantes" de la comisión cuando ya tengan las armas legales para decidir sin jueces?

Y haría muchas más, pero me voy a dar una vuelta que llevo dos días en la cama, como quien dice.

2.12.10

  Máscara

         - ¿Y Carlos, no viene?
         - Sí, mujer, es que lleva un espray de invisibilidad.
         - Cara de perro, chiste malo... A ver, ¿qué te pasa?
         - Hemos discutido. Mucho. Ha cogido un bolo de mierda, fatal pagado, en lugar de venir conmigo a tomar algo... Que es mi cumpleaños, tía.
         - Coño, es verdad. Felicidades.
         - Me acuerdo cuando empecé con él. Creía que salir con un cómico iba a ser divertidísimo...

* * *

Desengañaos, amigos, ellas no se enamoran de vosotros, sino del tío perfecto que podríais llegar a ser. Somos su jodida plastilina. El otro día se lo dije: ¡soy tu plastilina! Y me suelta: “Exacto. Eres amorfo, infantil y ensucias”.

* * *

         - También es que lleváis... ¿cuánto? ¿dos años?
         - Tres.
         - Uf, qué vieja soy... El caso es que hasta cierto punto es normal, ¿no? Si le surge una actuación, pues...
         - Ya, pero es que antes... no sé. Hacíamos planes de pareja. Íbamos a cenar, y al cine...
         - Teníais más dinero, también.
         - Que no, Marta, que el sexo es gratis. Antes, si estábamos un día entero en casa, acabábamos haciéndolo por la mañana, por la tarde y por la noche. Y ahora...

* * *

Todos los días le duele la cabeza. ¿Pero por qué se creerá que necesito su cabeza? A mí la cabeza me da igual, como si te pones una bolsa. Vale, esto es una burrada, pero es que estoy muy tenso, amigos, demasiado tiempo sin mojar. Me dice: “es que no estoy relajada, y yo si no estoy relajada...”, digo “ya, pero es que yo, para estar relajado, ¡tengo que follar!”, es como la pescadilla que se muerde la cola. Fíjate si estoy mal que pienso en una pescadilla mordiéndome la cola y se me pone dura...

* * *

         - ¿Crees que ya no le pones, o algo así?
         - No, no es eso, pero nunca ve el momento. Y en público ni me toca, la gente cuando nos conoce ni se huele que somos pareja.
         - ¿No le estarás dando demasiada importancia? Todo el mundo tiene rachas. A mí con Javi me pasaba de vez en cuando, y no es que rompiéramos por eso, precisamente.
         - ¿Y quién ha hablado de romper?
         - Nadie... ¿Por qué estás tan susceptible?

* * *

Luego están los famosos “días” que tienen las chicas. “Hoy no me tengas en cuenta el mal humor, es uno de esos días”. “Hoy si te meto en el dedo en el ojo haz como si nada, es uno de esos días”. “Hoy no podemos follar, es uno de esos días”. Coño, pues usa la cabeza, ¡para una vez que sirve de algo!

* * *

         - Marta... Tú no has visto a Carlos en el escenario últimamente, ¿verdad?
         - No. ¿Qué pasa, no es gracioso?
         - Sólo habla de mujeres, de los problemas que tiene con su novia.
         - ¿Sí?
         - Y es súper soez. Los chistes van de que ella nunca quiere follar, de lo sosa que es en la cama... cosas así.
         - Pero eso es... enfermizo.
         - Ahora me entiendes, ¿eh?
         - ¿Por qué no me lo habías contado?

* * *

Y qué manía con hablar de todo, ¡todo el rato! “Yo es que para hacer el amor necesito mucha comunicación”. A ver qué le contestas. Primero: sácatela de la boca, que no se te entiende nada. Segundo: Yo NO necesito comunicación, ¿es que mis necesidades no cuentan? “Sí, Carlos, claro que cuentan”. ¡Pues sigue chupando, joder!

* * *

         - Él dice que sólo es trabajo, que le doy demasiadas vueltas. Que hay que adaptarse al público, que el humor es para las masas, no para minorías...
         - Minorías, esa sí que es buena. La verdad es que me has dejado k.o., siempre he pensado que estaba enamoradísimo de ti.
         - Es que eso es lo más triste, que me adora. Me mira de una forma... como si yo fuera lo único valioso que tiene, ¿sabes...? Como desesperado. Lo absurdo es que en lugar de agarrarse a eso y ser feliz, cuanto más en serio vamos más se asusta.

* * *

Uno de los peores momentos de tener pareja es conocer a los padres de ella. Y si eres el primer novio... entonces es mejor que te pegues un tiro en los huevos, directamente. Porque su padre aún se está aferrando a la fantasía de que su hija será virgen toda la vida. Digo yo que pensarán: “por lo menos que sea lesbiana”. Y cuando me ven a mí entienden que ni una cosa ni otra, que a su niña la estoy dando con todo lo gordo. Una vez al año, pero con todo lo gordo.

* * *

         - Y no es que no le entienda, Marta, pero me duele. A mí también me costaba lanzarme, tardé años en tener relaciones serias con hombres, tú lo sabes.
         - Y tanto. Cuando te conocí parecía que te gustaban las tías, con aquellas camisas de franela... Estuve por tirarte los trastos más de una vez.
         - ¿Sí? Pues mira, seguro que nos habría ido mejor. Por su culpa estoy que vuelvo a planteármelo todo y a tener miedo de todo. Ya me da igual si es por trabajo, por su familia o porque es un cobarde, no puedo perder más tiempo de mi vida con alguien que a su edad sigue en el armario profundo.
         - ¿Estás seguro? Quiero decir, mi amigo eres tú, y si no eres feliz no hay más que hablar. Pero Carlos y tú... Aunque él sea así, tan reservado, pensaba que os iba bien.
         - Contigo parece timidez, pero cuando estamos con sus colegas cómicos, o con sus hermanos, es mucho peor. Se hace el machito, se avergüenza de mí...
         - No, no llores... Ven aquí. Si la cosa está así, le mandas a la mierda y que se busque a otro. A a otra, pero a ti que te deje en paz.
         - No puedo más, Marta. Por mucho que le quiera... esto se acabó. 

* * *

Así que he pensado que se acabó, amigos. Paso de no follar, de rollos hormonales y de ñoñerías. Lo habéis adivinado: me voy a hacer maricón, ¡buenas noches!

17.11.10

¿Qué es filosofía?
A raíz de varias conversaciones interesantes, sobre todo con Fran Nixon, últimamente me he vuelto a preguntar qué es realmente la filosofía. ¿Cómo puedo decir que me interesa algo que no considero un campo separado del conocimiento, ni de la vida, casi? ¿A qué llamo yo filosofar, si me parecen filósofos personas totalmente diferentes entre sí, si pienso que todos lo hacemos, a veces a nuestro pesar? Sería como decir que me interesa respirar, o que me gusta haber nacido en una sociedad... y quizá algo hay de eso, de pura celebración de lo inevitable.

El caso es que creo, también al hilo del comentario de Fran, que algo hay de mística en casi toda la filosofía más prestigiosa, más considerada como "pura" filosofía. Porque cuando algo está muy pegado a la realidad lo llamamos ciencia, y cuando abstraemos mucho y perdemos de vista lo físico (o creemos hacerlo), hay quien piensa (yo no) que estamos haciendo semiótica, que estamos hablando no de la vida, sino de lenguaje, definiendo definiciones, dando vueltas a las palabras, construyendo estructuras como quien hace crucigramas... En la mala filosofía hay mucho de eso. Un místico en cambio asume que su discurso no es racional, ni ordenado, ni falta que hace, que es puro sentimiento, basado en algo tan propio del ser humano como las matemáticas, o quizá más, y ese trasfondo está en mucha de la filosofía que me gusta. Lo gracioso es que yo de mayor quiero ser empirista...

También con Fran medio hablaba el otro día de Gustavo Bueno. No tengo una opinión bien fundada de él como filósofo porque le he leído muy poco (como persona creo que da pistas suficientes cada vez que aparece en televisión). Pero me da la sensación (corregidme si toca) de que tiende a hacer eso que decía: darle vueltas a los conceptos, analizar otros análisis, en lugar de lanzarse de cabeza a la vida como Nietzsche, o Epicuro, o Platón. La prueba de que no quiere zambullirse es que está seguro de lo que dice. Sobre todo estoy pensando en eso de decirnos a los demás que no somos realistas cuando hablamos de felicidad, por ejemplo, sin darnos cuenta de que sólo estamos hablando del significado, histórico, relativo, de la palabra "felicidad"... Da la sensación de que nunca la ha sentido; es como cuando los curas hablan del amor matrimonial, que no te lo crees y te dan hasta penica. Y es que hacer metatodo (metafilosofía, metapoesía -o soepía-... ¡metaamor!) y no saber dejar nunca la autoconsciencia de lado... eso no es darse una buena vida, amigos, y la vida es muy corta.

Estaba claro que no iba a conseguir ser breve...

Vale, pues sentencio. La filosofía, aún hoy, tiene mucho que ver con lo que dice su etimología: amor al conocimiento. Yo añadiría que también es el conocimiento aplicado al amor. Es decir, cuando un científico nos cuenta su teoría de la luz, es ciencia, pero cuando nos cuenta cómo determinado descubrimiento sobre la luz le dio un motivo para vivir y le hizo encontrar su lugar en el mundo... eso es filosofía. Cuando un científico nos ayuda a decidir dónde plantar determinada especie o qué comer para vivir más años, eso es ciencia. Cuando nos ayuda a quitarnos importancia haciéndonos ver el cosmos entero, o cuando nos habla de la muerte concienciándonos del valor de la vida, es filosofía. Cuando estudiamos algo para aprobar un examen adquirimos conocimiento sin amor (pasión, querencia, impulso hacia fuera...) Si estudiar algo nos deja la sensación de que haber nacido humano es el puto premio gordo de la lotería (o de que el mundo es un valle de lágrimas), eso es que, al menos en parte, hemos aprendido filosofía.

12.11.10

Cuando hablas con alguien que se ha vendido, antes o después te tocará escuchar frases tristes como ésta: "todos somos prostitutas". ¿No os parece de mediocres consolarse así?

Primero, dejemos a las putas en paz. Las putas no se venden, ofrecen un servicio (todo lo incómodo y lo personal que quieras) a cambio de dinero. Puestos a buscar una profesión poco compatible con la integridad, ¿por qué no decir "todos somos paparazzi"? ¿O mercenarios, o prestamistas...?

Segundo, después de soltar eso, al vendido se le ve aún más el plumero. Si de verdad crees que venderse es la norma, ¿por qué te justificas, por qué intentas salpicar al de al lado, si no es porque en el fondo piensas que es mejor que tú? 

Si todos somos dudosos éticamente y nadie es cien por cien bueno (cosa obvia, por otro lado), a lo mejor lo que tienes que hacer es relajarte y ser quien eres. O apechugar con esa vida de especial "tensión moral" que has elegido. Tienes incluso una tercera opción, aunque sea la más difícil: intentar cambiar. Pero andar juzgando a la humanidad entera con una frase hecha... qué tontería.

10.11.10

Soepía

Supongo que si digo azur, y estatuas, y cosas
y me fijo en cómo da la luz en ciertos objetos...
Pero no, los objetos están ahí y yo aquí.

Supongo que si me meto a enumerar, a explicar, a analizar
si pongo mucho empeño en el cómo y en el cuándo
en el yo y mi circunstancia, en el páramo, el bosque y el río...
Pero no, el páramo está ahí y el río allá, y yo a saber dónde.

Espera...
Puede que si me olvido de mí y me disuelvo
si contemplo y araño y muerdo el aquí, mi aquí
si me fijo y lo pienso, sin juicios, sin pres ni posts...
Pero no, el juicio llegará, antes o después.
Y yo sigo siendo yo.
Me encanta, porque he releído este texto que tenía por ahí de hace unos meses...

Paraísos de carbón, promesas grisú, ganga, ganga, compre todo lo que quiera y luego tírelo, ¡por sólo cuatro espasmos! ¡Arre, arre! Deténgase, ameba, salga del carril de la idiocia, póngase laca en el cuándo, dígase amén in the morning, ¡quién es usted! ¿Por supuesto que sí?

Puede que tú seas tú, puede que yo sea yo... ¿a quién vamos a engañar? Plausible es mi hálito, aliento del cielo, llameante bazofia. ¿De qué sirve la poesía cuando tienes caspa? ¿Y la caspa cuando tienes poesía? Opéreme esta estrofa, per favore, señorina, extírpela pronto, andiamo, y no olvide lo que creo que estoy empezando a dejar de saber si recuerdo vagamente o no: membrana diodenal activa en yogur apelmazante, simposio de alas de buey a la virulé con cacharrería capitolina. ¡Ya capito, señorina!

... Y ahora sólo puedo pensar en esto:

7.10.10

Mensajes que me rechinan hasta en las mejores películas (o series)

- El ser humano apesta. Si te fijas bien, el mundo se divide en villanos por un lado y cobardes o indiferentes por el otro. (El apartamento, Bailar en la oscuridad, The Office...)

- El ser humano es maravilloso. Cuando alguien hace daño a los demás, es porque sufre o porque tiene un problema mental. Las víctimas, los pobres y los enfermos son las mejores personas. (La lista de Schindler, Titanic...)

- Las mujeres son lo peor. O son malas o están locas, y encima no hay quien las entienda. Te lían con sus curvas, o te tocan tanto los cojones que te pones violento, mira Elena de Troya. (Perros de paja, Y Dios creó a la mujer...)

- Las mujeres, esos seres fuertes y admirables que corren con los lobos. Heroínas, Compañeras, Madres... En toda mujer late una diosa griega, mientras que los hombres son unos brutotes insensibles que no entienden nada. (Isabel Coixet en general, Las chicas Gilmore, Boys don't cry...)

- El sexo es sucio y arriesgado, en general cuanto menos mejor. Si te acuestas con alguien, por lo menos intenta que sea Amor Verdadero y que dure siempre. (Battlestar Galactica, Dawson crece...)

- El sexo es la panacea, cuanto más follas y con más gente mejor que mejor... Vale, no, este mensaje no lo encuentro mucho. Si acaso en el porno, y ahí no me molesta, claro está.

¿A vosotros os pasa? ¿Con qué ideas?

24.9.10

Estoy leyendo un libro de Carl Sagan, El cerebro de Broca, que es básicamente una recopilación de artículos, conferencias, ensayos... sobre diferentes temas científicos, explicados "para todos los públicos". Por ejemplo, habla con detalle de la literatura de ciencia-ficción, que le parece importantísima como arte y una manera genial de atraer a los jóvenes a la ciencia; da muchas y buenas razones éticas para invertir dinero en la exploración del cosmos y en la búsqueda de vida extraterrestre; defiende la investigación en inteligencia artificial (es un libro de 1974, quedaban décadas para que Deep Blue ganara a Kasparov)... Y todo con una pasión contagiosa que por momentos me hace olvidar que supuestamente soy de letras puras (me parece que esta división de personas en letras y ciencias tiene los días contados, si no es directamente anticuada ya).

Durante todo el libro, había ido observando que Sagan evita hacer juicios terminantes en cuestiones relacionadas con lo religioso: busca hacer pensar más que llevar la razón, y se ve que valora mucho la posibilidad de convencer a grandes cantidades de personas muy diferentes a él, así que intenta por todos los medios resultar lo menos ofensivo posible. Queda implícito que no es creyente, pero es menos incendiario que Richard Dawkins y por momentos mucho más ambiguo en el tema que Bertrand Russell. Así y todo, hay un capítulo llamado "El sermón dominical" que resume y explica mi opinión de atea mucho mejor que yo en las entradas anteriores. Es normal, teniendo en cuenta, entre otras muchas cosas, que, obviamente, ni uno solo de mis argumentos era creación mía. Ni siquiera Carl Sagan saca conclusiones sólo de su experiencia directa, sino que valora y reconstruye a partir de argumentos de otros (¿un motivo más para no buscar "creadores", ni siquiera entre los seres humanos?)

Pero a lo que iba. Unos trocitos que me han gustado especialmente de ese capítulo sobre "el tema de Dios":

Son habituales, especialmente después de una conferencia en la que hablo de la evolución de la vida o de la inteligencia, las preguntas del tipo: ¿Cree usted en Dios? Como la palabra "Dios" significa cosas distintas para las distintas personas, normalmente respondo preguntando qué entiende mi interlocutor por "Dios". Sorprendentemente, la respuesta es a veces enigmática o inesperada: "¡Oh! Ya sabe usted, Dios. Todo el mundo sabe quién es Dios", o bien, "Pues un tipo de fuerza superior a nosotros y que existe en todos los puntos del universo". Hay muchas fuerzas de este tipo. Una de ellas se llama gravedad.

[Entiendo que, aunque la gravedad cero, o cercana a cero, sea posible, en esos lugares y momentos la fuerza de la gravedad está presente, sólo que "compensada" por otras fuerzas. Corregidme si me equivoco...]

Baruch Spinoza y Albert Einstein, entre otros, consideraban que Dios es básicamente la suma total de las leyes físicas que describen el universo (...) Sería estúpido negar la existencia de las leyes físicas.

[Atención al "detalle": según los científicos modernos, las leyes físicas DESCRIBEN el universo; no rigen, ni obligan]

Las religiones son duras. O bien no hacen ninguna propuesta que pueda refutarse o bien revisan rápidamente la doctrina después de una refutación. El hecho de que las religiones sean tan descaradamente deshonestas, tan despreciativas de la inteligencia de sus adeptos y de que todavía florezcan no dice nada bueno en favor del vigor mental de sus creyentes. Pero también pone de manifiesto, como si ello necesitase una demostración, que cerca del núcleo de la experiencia religiosa existe algo tremendamente resistente a la racionalidad.

["Detalle": COMO SI ELLO NECESITASE UNA DEMOSTRACIÓN]

Gracias a nuestros conocimientos acerca del fototropismo y de las hormonas vegetales, podemos explicar la eclosión del dondiego [una flor] sin recurrir a la intervención divina. Lo mismo pasa con la causalidad en el origen del universo. A medida que vamos comprendiendo el universo, van quedando menos cosas para Dios (...)

Los teólogos han hecho muchas afirmaciones sobre Dios en materias que hoy nos parecen, cuanto menos, engañosas. Tomás de Aquino pretendía demostrar que Dios no puede crear otro Dios, o suicidarse, o fabricar un hombre sin alma, o incluso fabricar un triángulo cuyos ángulos interiores no sumen 180º. Pero Bolyai y Lobachevsky fueron capaces de hacer esto último (en una superficie curva) en el siglo XIX y ni siquiera se acercaban a ser dioses. Curioso concepto éste de un Dios omnipotente con una larga lista de cosas que le está prohibido hacer por mandato de los teólogos.

[¿No es eso lo que suelen hacer los que predican una moral religiosa? Afirman que hay algo o alguien superior con poder de ordenar a la humanidad que haga... ¡precisamente lo que ellos consideran correcto!]

Cuando Newton explicó el movimiento de los planetas recurriendo a la teoría de la gravitación universal, dejó de necesitarse que los ángeles empujasen los planetas. Cuando Pierre Simon, el marqués de Laplace, propuso explicar el origen del sistema solar -aunque no el origen de la materia- también mediante leyes físicas, la necesidad de un dios para los orígenes de las cosas empezó a ser profundamente cuestionada (...)

La idea de que Dios es una hipótesis en lugar de una verdad evidente es, en conjunto, una idea moderna en Occidente, aunque ya fue discutida seriamente por los filósofos jónicos hace unos 2.400 años (...)

En primer lugar, es perfectamente posible que el universo sea infinitamente viejo y que, por tanto, no requiera ningún Creador. Esta idea concuerda con nuestros conocimientos cosmológicos actuales,

[Y con los de 2004, a juzgar por lo que dice Brian Greene en El tejido del cosmos]

lo cual permite un universo oscilante en el que los acontecimientos desde el Big Bang no son sino la última encarnación en una serie infinita de creaciones y destrucciones del universo. Pero, en segundo lugar, consideremos la idea de un universo creado de la nada por Dios. La pregunta aparece inmediatamente -de hecho, muchos críos de diez años piensan espontáneamente en ella antes de ser disuadidos por los mayores: ¿de dónde viene Dios? Si la respuesta es que Dios es infinitamente viejo y ha estado presente en cualquier época, no hemos resuelto nada, excepto verbalmente, tal vez.

[Ahora cita el Rig Veda (X:129) para darnos un ejemplo de humildad, y lo cito yo también:]

¿Quién sabe con certeza? ¿Quién puede declararlo aquí?
¿Desde cuándo ha nacido, desde cuándo se produjo la creación?
Los dioses son posteriores a la creación de este mundo;

[DETALLAZO: según los hindúes, los dioses son varios y posteriores a la creación]

¿quién puede saber entonces los orígenes del mundo?
Nadie sabe desde cuándo surgió la creación;
Ni si la hizo o no;
Aquel que vigila desde lo alto de los cielos,
Sólo él sabe -o tal vez no lo sabe.

[¿Este "Aquel" sí es el Dios cristiano? ¿Tiene que ver con una idea universal de "divinidad creadora", comprensible en todas las culturas? Claramente no, a este Aquel no se le achaca la creación de nada, sólo observa, y ni siquiera está muy claro que sepa más que nosotros... Sigue Sagan:]

Pero la época en que vivimos es muy interesante. Algunas preguntas sobre los orígenes, incluso algunas preguntas relacionadas con el origen del universo, pueden llegar a tener una comprobación experimental en las próximas décadas. (...)

Las religiones tienen que estar sujetas, por lo menos, al mismo grado de escepticismo que, por ejemplo, las opiniones sobre visitas de OVNIS.

[Sagan deja claro en otras partes del libro que a él le apasionaría encontrar pruebas de vida extraterrestre, pero que de momento no lo ha hecho. Cree que todos los "avistamientos" y todos los supuestos rastros de antiguas visitas extraterrestres (objetos de la cultura egipcia que algunos quieren ver sospechosos, etc) se explican mucho mejor por otros motivos. Es genial la lección de relativismo cultural que da en el capítulo "Enanas blancas y hombrecillos verdes"]

Sostengo que los sistemas de creencias que no son capaces de aceptar la crítica no merecen ser. Aquellos que son capaces de hacerlo posiblemente tengan en su interior importantes parcelas de verdad.

Pero me están dando las uvas, así que voy al final:

Creo intensamente que si existe un dios o algo por el estilo, nuestra curiosidad y nuestra inteligencia han de ser proporcionadas por ese dios. Seríamos desagradecidos para con esos dones (así como incapaces de emprender ese tipo de acción) si suprimiéramos nuestra pasión por explorar el universo y a nosotros mismos. (...) En ambos casos [tanto si existe un "dios tradicional" como si no] la empresa del conocimiento es coherente tanto con la ciencia como con la religión y resulta esencial para el bienestar de la especie humana.

Yo no tengo dudas al interpretar este final como un pequeño regalo de consolación para los que desean seguir siendo creyentes a pesar del aluvión de argumentos en contrario que ha descargado en todo el capítulo. Sobre todo opino así por las citas que ha elegido para encabezarlo. Mucho más que con el ambiguo párrafo final, me quedo con ellas, porque además de parecerme verdaderas son bien bonitas:

"En la cuna de toda ciencia yacen teólogos extinguidos, como las serpientes estranguladas junto a [la cuna] de Hércules" (T.H. Huxley, 1860)

"Hemos visto el círculo superior de la espiral de poderes. Hemos llamado Dios a ese círculo. Le hubiésemos podido dar cualquier otro nombre: Abismo, Misterio, Oscuridad Absoluta, Luz Absoluta, Materia, Espíritu, Esperanza Última, Silencio" (Nikos Kazantzakis, 1948)

6.9.10


(Viene de los comentarios de la entrada anterior)

Lo primero: yo jamás hablo de Dios más que para hacer bromas (y a menudo a costa de la propia idea de Dios). Si te fijas, eso de "por el amor de Dios" iba seguido de una sonrisilla. El título de la entrada también iba por ahí, era una ironía, una broma.

No es semántica, es algo más. Si yo digo "recórcholis", no por ello creo en los recórcholis, ni me parece plausible ni admirable sostener que un Gran Recórcholi lo creó todo.


El amor, buena pregunta. Yo no siento fe en el amor, no siento que sea algo superior ni sobrenatural, ni siquiera externo a mí, ni pienso que el universo venga del amor ni extraiga un "sentido" del amor. Seres humanos hay muchos y muy diferentes: algunos no creemos en divinidades, algunos no se enamoran, otros son capaces de odiar y amar a la vez, otros aman los tebeos... El amor visto a escala cósmica no significa mucho, es una simple idea abstracta concebida por una de las muchas especies que habitan uno de los millones de planetas que hay en el universo. El amor es casi tan ambiguo como Dios, y desde luego no da respuesta a ninguna pregunta sobre el cosmos entero. Para eso necesitamos investigar la realidad, tomar nota de miles de datos, relacionarlos mediante miles de fórmulas matemáticas, razonar con lógica y con creatividad, aventurar hipótesis... y sintetizar todo eso en teorías coherentes que nos den una visión de conjunto. Eso no lo hará un creyente pensando en su dios, ni un poeta pensando en su amor. Lo harán personas de ciencia gracias a su talento, a muchas horas de trabajo y a los conocimientos adquiridos por otras personas de ciencia durante siglos. Los hechos se explican con otros hechos, una palabra con mayúscula no explica nunca nada.


A cada segundo, en el universo se dan millones de acontecimientos con millones de causas distintas. No por llamar a la "causa última" Dios, sabes más sobre esas causas, aunque te convenga pensar que sí. Un creyente lo que dice es: "yo en esta parada me bajo". Cada uno es muy libre de bajarse donde quiera del autobús del conocimiento, claro está, pero sabrá más sobre el paisaje de delante alguien que siga en el autobús, que alguien que se quede en tierra en la primera parada. Yo, que no tengo inteligencia ni energía para viajar mucho, si siento interés en saber cosas del paisaje que hay más allá no le pregunto al que se ha quedado en tierra. Ni creo que ése esté autorizado en absoluto a opinar sobre el paisaje si su opinión contradice las fotos que me mandan los de la avanzadilla. Me da igual si su parada se llama "Dios" y se ha escrito mucho sobre ella. No tiene zorra idea. 
 
A propósito, esto del autobús no es que sea un hecho que he vivido, todos entendemos que es sólo una alegoría. La historia de Adán y Eva en la Biblia no es equiparable, porque en su momento se interpretaba y se enseñaba como un hecho, un hecho que resulta que es demostrablemente falso. Si tú crees que Adán y Eva es una alegoría, que no es "real", ¿por qué no atrevernos a afirmar que "Dios creó el Cielo y la Tierra" es otra alegoría, un relato igual de ficticio? ¿Por qué esa frase les sigue pareciendo a tantos más o menos defendible, más o menos compatible con la ciencia? 
 
Ah, no me queda clara una cosa básica: ¿tú crees en Dios o no? Por lo que dices me parece que más bien no. Te lo digo porque me sorprende que tú, que afirmas que no tienes fe, asumas con tanta naturalidad el papel de portavoz de los creyentes. Si ellos dicen que no pueden explicar lo que sienten y tú por tu parte dices que no sientes fe en Dios... entonces, ¿sobre qué narices estamos debatiendo? ¿Sobre algo que no sientes, ni entiendes, ni conoces, pero de lo que te han hablado con términos vagos? Porque si es así, la tuya no es una forma científica de buscar respuestas. 
 
Yo no entiendo la fe religiosa, como tampoco entiendo el nacionalismo (ninguno), ni el fundamentalismo político de ningún tipo. O sea, no sé lo que siente íntimamente alguien que es patriota, no lo he experimentado, pero puedo hablar de sus efectos en la sociedad, investigar sobre ello y llegar a la conclusión de que, en mi opinión, todas ésas no son ideas demasiado interesantes/deseables. No se las escondería a mis hijos, claro, ni les escondería tampoco cosas peores, como el terrorismo, o la violencia en general como medio de salirte con la tuya, pero sí intentaría explicarles que no contribuyen a un mundo mejor. En el caso de la fe personal, ya te digo, no me parece dañina de por sí. Como dices, tengo momentos en que quizá echo mano de cierta "fe", pero suele ser cuando no tengo tiempo, ganas o ingenio para pensar en un problema con más profundidad. 
 
A los religiosos su creencia sin evidencias no les ayuda a explicar nada de forma precisa y útil, por eso un judío y un musulmán no se entienden cuando usan la palabra "Dios", o la palabra "fe", usan términos que no significan lo mismo. Ponen un muro entre ellos voluntariamente y dicen que el otro no ve la verdad. En cambio, un científico de hoy puede entender todo lo que dijo Newton y, si quiere, acercarse a los mismos problemas a los que se enfrentó él, haciendo los mismos experimentos con cubos llenos de agua, confirmando si su teoría concuerda con hechos nuevos... Hasta puede acabar demostrándoles a todos los demás científicos que Newton se equivocaba (como de hecho ha sucedido). No son dos caminos respetables ni son diferentes formas de conocimiento: el primer camino, el del judío y el musulmán, es obviamente menos inteligente y menos recomendable para la convivencia que el segundo, el del científico. 
 
Y lo último. Si todas las sociedades humanas, según tú, tienen una idea de "divinidad creadora" (yo en cambio tengo la sensación de que ha habido culturas que no han dado tanto valor a sus dioses como para pensar que les explicaban todo)... ¿eso es que yo tengo alguna tara, soy rara, menos típicamente humana que los demás, encajo menos que los creyentes en una sociedad "normal"? Nunca he sentido ninguna necesidad de ningún dios, nunca. Conozco a ateos que la sintieron (o creían que la sentían) y la abandonaron; yo, por lo que sea, nunca la sentí. ¿Soy comparable a un ser humano que fuera incapaz de amar, soy un ser incompleto? Los creyentes con los que he hablado, los que dedican cierto tiempo e ilusión a su fe, supongo que en su fuero interno me ven así, incompleta, desconocedora del auténtico conocimiento y de la auténtica felicidad. ¿Es eso respetar mi opinión? Por supuesto que no, igual que yo no respeto la suya. ¿Y por qué no nos respetamos? Porque nuestras visiones, como parece que opina Hawking en cuanto al origen del universo, son incompatibles. 
 
Y esta vez no te suelto "tú la llevas" porque no le deseo estas horas de dolor de espalda y de ojos ni a mi peor enemigo, jaja.

5.9.10


Diosssss...

Como era demasiado larga para el Facebook, continúo por aquí una conversación con mi prima Silvia sobre la existencia de Dios. Yo me alegraba por esta noticia.

Mi estatus: "Qué subidón. Era, junto con Einstein, uno de los científicos más citados por los enemigos de la ciencia. Tendrán que buscarse a otro."

Ella se explica con bastante detalle y al final me pregunta:

"Tal vez Dios no creó el universo (claro, la ciencia como tal contradice la idea monoteista de un Dios hacedor del universo), pero, entonces, ¿quién lo hizo?"

Y esto es lo que le he escrito para contestar:

Nadie. Es un poco mi idea central :) Pero podría empezar a creer que hubo "alguien" si se descubriera alguna evidencia de ello, directa o indirecta. Mientras tanto, es tan razonable como creer en el pato Donald.

¿Tú dirías que los creyentes realmente tienen una explicación, un porqué de todo, sólo porque usan la palabra Dios, en lugar de la palabra Misterio, o la palabra Nada? Yo estoy segura de que están tan perdidos como los ateos en esa búsqueda de "la Verdad sobre Todo". A mí me interesa esa búsqueda, no te creas, de eso me parece que va gran parte de la filosofía, pero para mí la filosofía es un gusto parecido a la literatura, un conjunto de mitos interesantes que te hacen pensar, no un conocimiento directo del mundo.

No arremeto sólo con las instituciones religiosas (aunque es cierto que es lo que más me molesta, lo que me parece más dañino), sino también contra la fe como forma de acercarse al mundo. Me ejplico:

Es cierto que los que se consideran creyentes pero no creen en religiones organizadas, en autoridades "superiores", verdades sagradas... etc, también pueden llegar a la conclusión de que hay "algo" que lo empezó todo, un "sentido". ¿Ahí es donde te encuadrarías tú, quizá...?

[Aunque bueno, si ya dices "¿quién lo hizo?" supongo que presupones que hay alguien personal, no es que te estés haciendo una pregunta, porque ya la has contestado desde el principio. Lo único que no sabes es cómo llamar a ese "alguien" que ya supones que existe. Eso, dar la respuesta por sentada, es lo que la buena ciencia teórica no hace. Hay que investigar, descartar opciones, comprobar si la teoría es compatible con los datos, etc.

Yo no creo que todo se deba explicar por completo, no me parece necesario. Y tampoco niego que existan cosas misteriosas y desconocidas que nos interesen y nos den vidilla por eso mismo, pero no veo probable, ni útil para la vida humana, que una inteligencia superior haya fabricado todo lo que hay.]

Pero volvamos a lo del "algo". Yo por ejemplo no diría que concebir "algo" creador sea de por sí radicalmente anticientífico, pero tampoco creo que signifique mucho a la hora de conducirnos por la vida (ni por el conocimiento), es demasiado impreciso. Lo que sí llamaría yo fe anticientífica y peligrosa es que una mera sensación personal sin evidencias externas (ese "algo" que siento, o que he estudiado en diferentes culturas milenarias) me sirva para justificar una moral y no otra, para actuar de una forma y no de otra y para intentar imponer esa forma de actuar a los demás. Eso no es que esté en un terreno distinto de la ciencia, es que es contrario, incompatible con el razonamiento científico. Es como si yo, porque miro a un gatico y siento instinto maternal hacia él, llego a la conclusión de que ese gatico es efectivamente mi hijo, decido dejarle mis bienes en herencia y les digo a los demás que son peores que yo si no me imitan. Supongo que a un creyente inteligente esto le puede sonar a ridiculización barata, pero ¿qué diferencia hay entre eso y esto?: "Como tengo la sensación de que existe Dios, y en algunas culturas antiguas bastantes personas han tenido esa sensación, les enseño a mis hijos que efectivamente existe y que no hay que cuestionarlo. Y que a lo mejor hay un castigo eterno si piensan otra cosa. A lo mejor, ¿eh?".

Ya sabemos todos que no en todas las culturas, ni siquiera en la mayoría, han creído en un dios ni remotamente parecido al que tú o yo tendemos a imaginar; en muchas ha habido varios dioses, diosas, o sólo "fuerzas" impersonales. Algunas culturas rezaban a montañas o a ríos (eso me parece menos anticientífico que el Dios cristiano, si me apuras...) El caso es que creo que, cuanto más avanza la razón, menos dioses necesitamos y más nos gusta simplificar la fórmula, por eso ahora hay más monoteísmo que politeísmo (ya que nos inventamos cosas indemostrables para que nos encaje el puzle, mejor un solo ser indemostrable que ventitrés), y por eso, el futuro debería ser cada vez más ateo. Cada vez sentiríamos menos incomodidad y carraspearíamos menos a la hora de explicar lo que creemos sobre el universo.

Insisto, si uno siente que hay "algo" o "alguien" pero no sabe cómo es, qué quiere de nosotros, ni qué conocimientos humanos derivar de ahí, eso no afecta en nada a la ciencia... sus creencias serán sólo una sensación, un hormigueo, un ansia de algo elevado. Eso lo entiendo y lo respeto, pero no es un saber, no se le puede explicar a los niños como si fuera un conocimiento real. Y desde luego no es justo usarlo en contra de la ciencia. "Los científicos no saben el porqué de todo, no me dan el punto final que necesito en mis razonamientos íntimos, así que en ese terreno no deben meterse". ¿En el terreno del Big Bang? ¡Pero si es SU terreno, son los expertos! Puestos a buscar autoridades, ¿no son mucha mejor autoridad que todas las Biblias y tótems del mundo para convencernos de la probabilidad (en este caso improbabilidad) de que exista una inteligencia superior que originó el universo? ¡Se han dedicado a estudiarlo directamente, por el amor de Dios!

:D

Hale, ya está, jaja. ¡Tú la llevas!


26.6.10

Ella

Se asomó a la ventana y miró la luna, que esa noche estaba más luminosa que nunca, ocupando casi todo el espacio entre los dos pinos del jardín. Una cosa estaba clara: el momento de tener hijos no andaba lejos. Lo sabía porque hacía unos meses, sin razón aparente, había empezado a tener recuerdos muy vívidos de su infancia, instantes del pasado que volvían en cualquier momento y le dejaban colgado con un olor o una imagen a los que hasta entonces no había prestado mucha atención.
Esperándola a ella, a la que sería la madre de sus hijos, le parecía que algo no encajaba en... Bueno, en realidad no era algo, sino todo. Todo parecía accesorio, absurdo, precario, en el puzle de su vida, hasta que la conoció a ella. Sabía que si decía eso en voz alta sonaría falso, tópico y exagerado, un final feliz de los que irritan a cualquiera en las películas. Pero es que, es eso, es justo eso. No se trata de que no haya querido a nadie más, he estado enamorado por lo menos tres o cuatro veces, por no hablar de que por supuesto quiero a mis padres, y a mi hermano, y no se trata tampoco de que nunca haya sido feliz antes de conocerla, eso sería más bien patético. No es eso, es... algo diferente, quizá más importante que la felicidad. Es lo que supongo que quieren decir los filósofos cuando hablan del sentido de las cosas, mirar el puzle y que ya no sea un puzle, ni trozos de alguna máquina complicada que nadie sabe para qué sirve, sino una foto reconocible y completa, de un paisaje bonito, o de un animal, algo que cualquiera podría comprender...
- Pero no —Se rió en voz alta– No lo entiendo ni yo.
Se acercó a la encimera aún con el libro en la mano, aunque hacía rato que había perdido el hilo de lo que leía, y se sirvió otro café. Cuando algo le ponía un poco nervioso últimamente no intentaba tranquilizarse, sino utilizarlo, analizarlo y darle vueltas para conseguir más y más excitación. Siempre se había sabido apasionado y no era plan de olvidarse de eso ahora que iba a ser padre. Justo ahora necesitaba toda su energía juvenil, y hasta sus inocentes vicios juveniles, para afrontar esa responsabilidad como el adulto maduro que era. 
 
Seguía quedándose leyendo hasta las tantas de la mañana aunque tuviera que madrugar al día siguiente... pero sí, la madurez estaba ahí. Y si se sentía así por fin después de treinta y pico años, era también por ella y sólo por ella. Estaré ahí por ti, mi amor, sólo por ti, respiro por ti, moriría por ti... Otra vez las canciones y las películas no le hacen justicia al asunto, no es eso lo que se siente. Cuando está cansada o triste y hago algo por ella, cocinarle una tortilla francesa, ya ves tú qué tontería, o contarle algo que me ha pasado pero exagerando la parte divertida, adornándolo con detalles inventados... Cuando hago algo de eso, es como si fuera más verdadero porque es para ella. En lugar de sentir que estoy haciendo un papel, adoptando el personaje que ella necesita, lo que siento es lo contrario, que sólo por ella soy yo mismo. Por favor, si hasta cuando la cajera del supermercado me cobra la compra sin apenas mirarme siento que tengo que sonreír, si hasta con mis amigos más íntimos oculto detalles que de alguna manera son fundamentales en mí... ¿qué hace ella que anula todo eso y me hace descansar, estar en paz, como si estuviera solo, pero sin miedo a la soledad involuntaria, sin ese agujero negro justo en mitad de mi futuro?
Liberó un largo suspiro distraído y sus ojos grises trazaron una panorámica desde el techo, donde al parecer habían estado clavados, hasta el libro. Volvió a reírse intentando calcular cuánto tiempo llevaba así, con ese enorme ladrillo de tapa dura extendido cerca de la cara, los brazos en tensión, sin leer ni una palabra. Al verse a sí mismo desde fuera, se imaginó unas migas de galleta en la comisura de los labios y resultó que estaban ahí, se las sacudió. Éste es el hombre maduro que va a cuidar de tus hijos, Sonia, un tarado que se queda embobado mirando al techo con restos de galleta por toda la cara... 
 
Dejó de sonreír en seco. El timbre, un chillido metálico y entrecortado de cacharro viejo, le puso los pelos de punta. En la zona no vivía nadie más, así que nadie llamaba nunca. Hasta el cartero solía limitarse a dar unos golpecitos en la valla de la entrada cuando tenía algo para firmar o un paquete grande que no cabía en el buzón, como si el silencio que rodeaba la casa mereciera un respeto especial. Pero esta vez había sonado el timbre, y a todo volumen, cuando lo que él esperaba de un momento a otro era el familiar ruidito titubeante de las llaves de Sonia en la cerradura. 
 
El timbre ha vuelto a sonar y no pienso abrir, voy a seguir engañándome. Me he estado engañando toda la noche. Eso del puzle, y lo de tener hijos... ¡tener hijos! Cuando en el fondo lo sé, siempre lo he sabido... Está muerta. Ahora mismo la sangre está saliendo de ella a borbotones, caliente, rojísima, y algún perro callejero está oliendo su cadáver en la cuneta y no puedo seguir así, paralizado, tengo que prepararme para lo que viene. Voy a abrir, voy a abrir a hablar con la policía, sólo pueden ser ellos tocando el timbre, y a estas horas... 
 
El timbre sonó por tercera vez y si en aquel momento no tuvo un ataque al corazón seguramente es porque nunca lo tendrá. Mientras descorría el cerrojo, aún se despedía de ella en su imaginación. La vio descalza, bajando las escaleras y bailando torpemente una canción estúpida que siempre les hacía reír. No era el primer beso, ni desde luego el primer polvo, lo que recordaría con más dolor, sino esas cosas cotidianas, ese tipo de...
- ¿Pero por qué no abres? 
Era su voz. Abrió aliviado.
- Hola.
- ¿Por qué no abrías?
Esa insistencia era un poco molesta, así no había manera de dar explicaciones. La dejó entrar y cerró la puerta.
- Estaba leyendo. ¿Qué pasa con tus llaves?
Tu sangre caía a borbotones en el asfalto. Te quiero. Si te pasa algo creo que nunca volveré a estar completo por dentro, y no entiendo cómo no lo ves con sólo mirarme.
- Me las he dejado en el otro bolso... –Desvió la mirada, avergonzada- Y no me mires con esa cara. Ya sé que soy un desastre, pero llevo un día horrible y no es momento de una regañina de las tuyas.
No estoy preparado para contestar a eso. Dejémoslo pasar, mejor no contestar.
- ¿No dices nada?
- Bueno, es que no sé qué decir.
- ¿Sabes...? No lo haces con mala intención, pero a veces... A veces deberías pensar un poco más en mí.