Es curioso cómo en los sueños sí somos capaces de arramplar con todas las normas lingüísticas, eso que tanto me cuesta en textos fallidos como el de la entrada anterior. Cuanto más lo leo más inofensivo, aburrido y predecible me parece. Y sin embargo ayer, en ese estado intermedio antes de dormirme del todo, tuve claramente la visión de una anciana a punto de saltar de un sitio alto mientras abajo un hombre quería decirle “ánimo, salta, olvídate de todo, no te reprimas, sé espontánea...” y conseguía expresar todos los matices de esa idea con una sola palabra pronunciada en voz alta. Despreocupado, sin ninguna intención de insultar, se limitaba a gritar: “¡podrida!”
5 comentarios:
está clarísimo! jajajajajaja
Eh! Me encanta esa foto que tienes puesta, jejeje. Pues fíjate que cada uno debe de tener su mundillo particular, porque a mi nunca me ha pasado algo así como lo que cuentas, supongo que es porque mi imaginación a la hora de romper reglas del lenguaje(o intentarlo) es nula. Jamás se me hubiese ocurrido. Bueno, si un día te grito ¡podrida! será siempre por tu bien. Escribe más, ¡podrida!
me encantas, podrida.
que lo sepas.
Cláudia
Jajaja, era como si dijera "¡olvida los clichés sociales, rompe las reglas, salta!" No acabo de explicarme por qué me resultó una palabra tan liberadora...
Seamos revolucionarios, ¡pudrámonos!
Qué bonito, pura!
(y esto ya te lo explicaré otro día, que por lo que veo, lo entenderás mejor que nadie! jeje)
besos! y gracias por los ánimos!
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